Quien le hubiera dicho al alma de la Soledad
que en todos aquellos peldaños en los que solía pisar
de nuevo, entre las penumbras de la Ansiedad
volvería a retomar las yagas que a mi rostro hacía temblar.
Quien le hubiera dicho al alma de la Maldad
que sentiría los ojos nublados y perdida volvería a estar;
creando de cada aliento la ira en soplidos arrojar
y entre mis manos, el cómputo de la tempestad.
Ya a mi alma cansada ¿qué le vas a contar?
retorna al pasado herido para volverse a levantar
y es que de cada paso perdido lo vuelve a retomar
para encontrar aquel avío que le ayuda a escapar.
Para aquellos que necesitan de la falsedad para salvaguardar sus propias vidas