El calor de tu boca

Esencia de algodón que tus labios emana,
dulce aroma que tus besos esconden,
caricias tiernas entre el silencio que calla
y ojos cerrados para que los sueños rocen.

Camino de calor que recorres en mi cuerpo,
cosquillas de cielo que susurra tus dedos.
Sonrisa de luna que despierta en mis recuerdos,
aquellos, que del olvido no murieron.

Cristales que hechizan y me embrujan
¡la tentación no se remedia!
su suave voz me empuma
hacia el Olimpo de la clase media.

El calor de tu boca que mi sangre envenenas
cimientos cortejados de esta pequeña sirena,
buscas el tesoro que el mar esconde
y entre mis senos, el camino lo recorres.

        Porque te amo

Fantasías incompletas de una loca enamorada

La curiosidad llamó a nuestros sueños,
la mano la dejamos correr,
y sin mas descanso en el cuerpo,
de la cama saltamos las tres.

Una colorida coloreada,
otra vitalista en su fama
y persona en su más ingenua etapa.

La carretera era de tierra y sus cochinillas de hierro,
entre minutos, recorrimos  aquel sendero.
Todo estaba vacío,
la presencia de humanos había desaparecido.

Nos recorgamos entre piedras,
y aterrizamos entre corcho de no piletas.
¡Que grandiosa vista presentaba el paisaje!
¡Todo era sueño, arcilla y arte!

Entre caminos y paredes,
en las casas las ventanas ¡qué no se cierren!
Decía Ángela mientras se asustaba
¡Vivió Él, quien nos aguardaba!

Con cautela el río de polen cruzamos,
todo era vivaz pero...¿algo había enterrado?
Los ojos curioseaban entre la larga chimenea de cielos,
la caída era volar entre pájaros de viento.

Entramos por una puerta ¡comienza el juego!
y entre malezas y escaleras en medio,
Todo volvió a cambiar de ser,
sin habla, el silencio, se nos volvió a comer.

Agachadas en la caseta, la cocina no se priva,
platos, baños y sin piscinas.
Pero una tras otra volvía a repetirse,
no se acaban los pasos antes de irse.

¿Cómo hemos cruzado?
Mary se había preguntado.
Tan solo las Flores, en el árbol nos ha llamado
y entre sus encantos, los ramas nos han rozado.
 -Había contestado-

Versos libres cuenta un cuento,
el comienzo para ser el final,
entre retornos y recuerdos
el principio de la historia será.

Todo se volvió oscuro,
aún su voluntad anduvo.
Alicia en el País de las maravillas,
decía yo,
nadie me creía...
hasta que del sueño Él despertó.

La Corchera

Entre pasos de pastos y libres hormigueos,
saltamos el muro que conduce al cielo.
Todo prados secos y frondosos,
todo florecido con mosquitos y abejorros.

El Sol incita la venida de Verano,
los caballos rebuznan cantando.

Pisamos tierra removida y empapada,
el camino se ha echo a nuestra llegada,
la physis presencia nuestro encuentro,
árboles y hojazos en un cuento.

Los árboles juegan con las ramas,
los toros, sentados nos miraban.

Recorrimos cada rincón que dejaba nuestra vista,
la oscuridad no era miedo en nuestra visita.
Techos roídos y paredes quemadas,
todo volvía a ser un cementerio de almas.

Lo que fue vida ahora es virgen,
hasta que los ojos del ser humano miren.
Mano trabajada destruye al más creador,
pero con cuidado, todo es transformado en hormigón.
Recuerdos que son inmutables a nuestra imagen,
eso, es lo que seguir allí hace.

Nuestros pasos recorre el sendero,
aún los huesos andan sueltos.

¡Escalamos hasta la puerta del lobo,
vacío como el humo de la fábrica.
Desperdicios inundaban en los pozos
y el suelo era agria y árida!

Salimos trotando en alegrías gritando,
todo había pasado,
la aventura había recorrido nuestro cuerpo,
por quien se ensució más lo siento.

Todos pálidos y vivientes en rincones diferentes,
habían vivido el instante de ser antecedentes.

                                  Por la fábrica que humedece recuerdos en algodóny corcho

Dime, mira y toca

Tan solo dime,
cómo de un soplo me quitas la oscuridad.
Mírame y habla,
cómo tus labios cita mi sensualidad.
Tócame,
si de amor mi cuerpo empapas.
En silencio...
mi voz te aclama.
                                Por pocas palabras 

Nada entre mentiras

Ser o no ser, le dijo el ciego al sordo
quien no tuvo tiempo de observar al mundo,
diciendo mentiras a quien dijo: Escucho
dejando paso al prohibido morbo.

Quien oscurece los iris para ver estatuas,
dice sílabas cuyo valor no emana.
Quien se esconde en su cielo de agua,
dice sílabas cuya verdad es farsa.

Y ahora ¿quién es el descubridor de la nueva tierra?
Quien no oye y balbucea
o quien en su espejismo bucea
¿Y la culpa de ver lo impuro y escuchar lo que se cierra?

Todo son engaños, cada lágrima de ciudadano,
nada tiene sentido y menos el ser humano.

                                Para quienes no ven lo que es y no escuchan su alrededor